
Cito:
Bombazos, supuestamente reivindicados por cinco organizaciones guerrilleras, que muy bien servirán para cerrar el puño y justificar abusos. Detonaciones políticamente correctas: un banco, pero no el Bancomer de los aliados españoles ni el Banamex comprado a un financista Amigo de Fox (y de Calderón); un ente electoral, pero no el amado IFE donde Luis Carlos Uh Fraude trata de seguir prestando servicios de adulteración electoral, sino el Trife en transición, y un partido, pero no el PAN en el poder sino el PRI agónico, que es usado para sugerir que los estallidos están relacionados con Oaxaca.
Hasta ahora el movimiento social oaxaqueño había solicitado a las organizaciones guerrilleras que se abstuvieran de realizar acciones que sirvan para colocar etiquetas de peligrosidad a ese movimiento y justificar la represión. Algunas de esas organizaciones enviaron comunicados advirtiendo que sólo en caso de una masacre contra el pueblo habrían de actuar. Pero nada ha sido atendido. Por el contrario, en sus comunicados oficiales que pueden ser vistos en www.cedema.org, la página del Centro de Documentación de los Movimientos Armados, los supuestos responsables de los bombazos dejan constancia clara e inequívoca de que el móvil está relacionado con el caso Oaxaca ("¡Fuera Ulises Ruiz Ortiz y las fuerzas federales del estado de Oaxaca!", reza la línea inicial del primer comunicado). Resultados que mueven a suspicacia: con esa supuesta aparición de grupos guerrilleros, cambia el foco de atención de Oaxaca a la ciudad de México y da pie a calificar a Oaxaca como un peligro para México.
No se necesita ninguna maestría en espionaje para darse cuenta de quiénes son los beneficiarios políticos de los antes mencionados estallidos. El PRIAN, desde luego: el tricolor se declara víctima y pide reparaciones de su patrimonio material y político maltrecho, mientras el blanquiazul afina su discurso del respeto a las leyes y al estado de derecho. Y el calderonismo, que necesita a como dé lugar crear condiciones propicias para los actos de autoridad extrema que podrían necesitarse a partir del 20 de noviembre y, sobre todo, del 1º de diciembre. En el juego electorero de partidos, el PRI y el PAN se colocan de inmediato en la franja de los ofendidos y con ello tratan de arrojar sospechas sobre el PRD. Y en el plano de confrontación del gobierno federal en defensa de Ulises Ruiz para que el PRI ayude a Calderón a pasar en alianza el trago amargo de la imposición con la parte mayoritaria del pueblo oaxaqueño, el manejo de lo sucedido en la madrugada del lunes tiende a culpar a los movimientos sociales y a reivindicar el uso de la fuerza represiva.
La cita es parte de la columna Astillero, de La Jornada, aparecida ayer 8 de noviembre. Es una hipótesis plausible. La sinistrofobia del conservador Estado mexicano se muere de ganas por jalar el gatillo con la mano derecha en contra de quienes no busquen aliarse con ellos. Además hay que recordar que muchos movimientos guerrilleros han sido infiltrados por el gobierno, cabe la posibilidad de que hayan sido movimientos infiltrados y manipulados desde la misma Segob.
Hoy aparece la nota de que en Oaxaca fue baleado y atacado con bombas molotov un Burguer King. El uso de balas hace obvio saber quién fue: pistoleros de Ulises Ruiz.

Se está buscando el pretexto para meter al ejército a reprimir y masacrar a un movimiento social que al parecer es legítimo y tiene una base social real, y que por lo mismo no se trata de un mero brote de violencia e impunidad como el Estado nos quiere hacer creer...
¡Aguas!
Vamos a un Estado facista con la anuencia de una clase media que controla los medios de comunicación y que evidentemente desprecia a una clase baja a la que acusa de "resentida", como si el resentimiento fuera la causa de todo el problema, y no la consecuencia de un agravio previos.
Y por cierto:
¿Se han fijado que ni los diarios, ni la radio, ni la TV han publicado una sola de sus amadas encuestas?
Vamos a un Estado facista con la anuencia de una clase media que controla los medios de comunicación y que evidentemente desprecia a una clase baja a la que acusa de "resentida", como si el resentimiento fuera la causa de todo el problema, y no la consecuencia de un agravio previos.
Y por cierto:
¿Se han fijado que ni los diarios, ni la radio, ni la TV han publicado una sola de sus amadas encuestas?
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