Me gustan las cosas vanales.
"Banal" debería escribirse "vanal", de "vano".
"banal" me suena como de "bananal".
Yo lo escribo "vanal", y se chingan.
Decía:
Hace rato que no hablo de cosas vanales.
Hace rato que no hablo de cine, por ejemplo.
Voy a hablar de una película que hace mucho quería comentar.
"Banal" debería escribirse "vanal", de "vano".
"banal" me suena como de "bananal".
Yo lo escribo "vanal", y se chingan.
Decía:
Hace rato que no hablo de cosas vanales.
Hace rato que no hablo de cine, por ejemplo.
Voy a hablar de una película que hace mucho quería comentar.
¿Por qué ocuparme de ese bodrio?, se preguntarán algunos.
Pues porque no quiero hablar de la película que fue,
sino de
la película que no fue.
Pues porque no quiero hablar de la película que fue,
sino de
la película que no fue.
I. Soy de los que creen que en los relatos, ya sea en historias colectivas o elaboradas por individuos, pero aprobadas por la colectividad, las sociedades vierten sus aspiraciones, frustraciones, ideas, pero sobre todo: la idea que estas sociedades tienen de sí mismas. Aunque no todos los miembros de una sociedad se sientan identificados en un punto de vista, este caudal de reflexiones, creencias e intuiciones están ahí, y en general, los relatos populares y popularizados sí reflejan los sentimientos del conjunto que los populariza. Eso es lo que creo yo.
Me tocó el estreno de Superman en París. En internet el estreno era todo un suceso. En internet donde en el año de 2006 predominaban los usuarios gringos ( y en 2009 igual: ni los chinos los desbancan) el mundo virtual giraba en torno a Superman. Mientras tanto, en la ciudad de París, llena de parisinos que desdeñan las gringadas: las salas de cine lucían desiertas ignorando los monumentales plotters del hombre de acero... espero que éste párrafo me ayude a ejemplificar lo que digo en el párrafo anterior.
II. Sólo hay dos grandes géneros dramáticos: la tragedia y la comedia. Luego vienen los llamados géneros simbólicos: el melodrama, la farsa y la tragicomedia... y de ahí pa'l real lo demás son subgéneros, variantes que cada sociedad va cultivando según su grado organización social y sus propias necesidades expresivas. México sólo cultiva el melodrama, lo siento. Hasta cuando hacemos tragedia somos ridículos.
Pero yo no quería hablar de esto, sino de los géneros literarios. Dejo el párrafo anterior porque me gustó cómo me quedó.
Hay subgéneros literarios, según los temas y convenciones... y que también son etiquetas de mercado, hay que decirlo. La Ciencia Ficción, la Novela Gótica y la Novela Policiaca los considero subgéneros ingleses. Y estamos hablando de los gringos. Los gringos inventaron sus subgéneros donde vierten todo su rango de necesidades expresivas. Estos subgéneros si bien nacen en algún medio específico, al final la diversificación de los productos los llevan a desarrollarse indistintamente en los libros, el cine, el teatro, la televisión... y según yo, éstos subgéneros son:
1. El road picture.
No sé si Jack Kerouack con On The Road es el fundador de éste subgénero. Me refiero aquí a esas historias donde, generalmente en un automovil, uno o varios personajes se embarcan en un viaje, que no sólo es geográfico, sino también a sus propios interiores. Apocalypse Now está pensada como un road picture. Este subgénero es el vehículo mediante el cual los gringos se ponen a pensar con seriedad sobre sí mismos.
2. La comedia romántica.
Todos hemos visto una. Es la manera como la sociedad gringa machaca sobre sus tópicos más conservadores en torno a la relación de pareja, existen representadas muy pocas parejas interraciales, por ejemplo. Quizá ahora con Obama esto se modifique. Me llama mucho la atención una cinta en particular: Monsters ball, que si en rigor no es una comedia, viéndolo bien mirado tampoco es una tragedia, igual que Brokeback Mountain: ¿comedias románticas disfrazadas de "cine serio"?, podría ser. Es curioso que camuflajeen sus comedias románticas de cine serio cuando el enfoque está alejado de las posturas conservadoras. A propósito de esta cosa de tragedia-comedia-romance, chéquense Stranger Than Fiction.
3. El musical.
Nieto de la ópera, hijo de la opereta, sobrino de la zarzuela... Broadway forma parte del incipiente espíritu carnavalesco gringo. Habrá quien diga que los gringos no lo tienen, pero yo creo que sí: son humanos, que lo hayan reprimido es tema aparte...
aunque ahora entre el spring break y el Mardi Gras...
¿pa'qué quieren musicales?
4. El cine de juicios.
¿Qué mejor que un buen juicio oral para mostrar las paradojas y los dilemas morales? Desde luego siempre ganan los buenos. Todo dilema moral se resuelve a favor de lo que los gringos consideran justo y correcto. Moralina pura, se salvan algunas por lo bien escrito del guión, pero en general es la forma como los gringos se autoconvencen de lo justo de sus propios juicios sobre los demás.
5. El cine de catástrofes.
Aunque pudiera parecer que en películas como Terremoto o Deep Impact los gringos se regodean en cómo van a ser destruidos, en verdad es todo lo contrario. Lo que en hay de fondo es una fábula religiosa: relatos doctrinales: los pecadores sucumben al castigo de Dios o de Dios embozado en las circunstancias. Quienes salvan de la catástrofe al mundo, o lo que quede de él así sea un pedazo de genoma, son invariablemente... los gringos. El cine de catástrofes sirve para subrayar la creencia de su misión en el mundo: They do, what it's necesary to do. Sospechosamente, el 11S tiene mucho de éste subgénero. Incluyo las películas de zombies en éste subgénero tomando en cuenta que una epidemia de lo que sea cuenta como catástrofe. En todo caso, las cintas de zombies son un híbrido de catástrofe, horror y ciencia ficción. Para echarle un vistazo a uno de estos híbridos, les recomiendo uno que me parece genial: Life Force.
Aunque me centro mucho en el cine, cuando hablo de subgéneros literarios lo hago obviando el medio. El cine de horror, si bien logró su popularidad por Hollywood, muy buena parte de él está basado en obras inglesas, de haber vivido H. G. Welles se hubiera forrado en dólares, así que el subgénero de horror lo considero más inglés que gringo. No he mencionado el Western porque tengo mis dudas. Hasta antes de Sergio Leone el Western no era más que un subgénero insulso. Irónicamente es un italiano rodando en las llanuras de España, quien le da profundidad al subgénero.
Y así, llegamos al meollo de este post.
6. Los superhéroes.
Pero también podemos llamarle:
El mito del
Supersoldado
No sé si Jack Kerouack con On The Road es el fundador de éste subgénero. Me refiero aquí a esas historias donde, generalmente en un automovil, uno o varios personajes se embarcan en un viaje, que no sólo es geográfico, sino también a sus propios interiores. Apocalypse Now está pensada como un road picture. Este subgénero es el vehículo mediante el cual los gringos se ponen a pensar con seriedad sobre sí mismos.
2. La comedia romántica.
Todos hemos visto una. Es la manera como la sociedad gringa machaca sobre sus tópicos más conservadores en torno a la relación de pareja, existen representadas muy pocas parejas interraciales, por ejemplo. Quizá ahora con Obama esto se modifique. Me llama mucho la atención una cinta en particular: Monsters ball, que si en rigor no es una comedia, viéndolo bien mirado tampoco es una tragedia, igual que Brokeback Mountain: ¿comedias románticas disfrazadas de "cine serio"?, podría ser. Es curioso que camuflajeen sus comedias románticas de cine serio cuando el enfoque está alejado de las posturas conservadoras. A propósito de esta cosa de tragedia-comedia-romance, chéquense Stranger Than Fiction.
3. El musical.
Nieto de la ópera, hijo de la opereta, sobrino de la zarzuela... Broadway forma parte del incipiente espíritu carnavalesco gringo. Habrá quien diga que los gringos no lo tienen, pero yo creo que sí: son humanos, que lo hayan reprimido es tema aparte...
aunque ahora entre el spring break y el Mardi Gras...
¿pa'qué quieren musicales?
4. El cine de juicios.
¿Qué mejor que un buen juicio oral para mostrar las paradojas y los dilemas morales? Desde luego siempre ganan los buenos. Todo dilema moral se resuelve a favor de lo que los gringos consideran justo y correcto. Moralina pura, se salvan algunas por lo bien escrito del guión, pero en general es la forma como los gringos se autoconvencen de lo justo de sus propios juicios sobre los demás.
5. El cine de catástrofes.
Aunque pudiera parecer que en películas como Terremoto o Deep Impact los gringos se regodean en cómo van a ser destruidos, en verdad es todo lo contrario. Lo que en hay de fondo es una fábula religiosa: relatos doctrinales: los pecadores sucumben al castigo de Dios o de Dios embozado en las circunstancias. Quienes salvan de la catástrofe al mundo, o lo que quede de él así sea un pedazo de genoma, son invariablemente... los gringos. El cine de catástrofes sirve para subrayar la creencia de su misión en el mundo: They do, what it's necesary to do. Sospechosamente, el 11S tiene mucho de éste subgénero. Incluyo las películas de zombies en éste subgénero tomando en cuenta que una epidemia de lo que sea cuenta como catástrofe. En todo caso, las cintas de zombies son un híbrido de catástrofe, horror y ciencia ficción. Para echarle un vistazo a uno de estos híbridos, les recomiendo uno que me parece genial: Life Force.
Aunque me centro mucho en el cine, cuando hablo de subgéneros literarios lo hago obviando el medio. El cine de horror, si bien logró su popularidad por Hollywood, muy buena parte de él está basado en obras inglesas, de haber vivido H. G. Welles se hubiera forrado en dólares, así que el subgénero de horror lo considero más inglés que gringo. No he mencionado el Western porque tengo mis dudas. Hasta antes de Sergio Leone el Western no era más que un subgénero insulso. Irónicamente es un italiano rodando en las llanuras de España, quien le da profundidad al subgénero.
Y así, llegamos al meollo de este post.
6. Los superhéroes.
Pero también podemos llamarle:
El mito del
Supersoldado

El nombre de Supermán, de hecho, fue tomado por los mismos creadores: Joe Shuster y Jerry Siegel de las arengas de Hitler, quien a su vez forjó en el imaginario alemán de los años 30 a su supersoldado, su hombre perfecto de raza aria, a partir de la idea del superhombre de Nietzche. Para los judíos Shuster y Siegel, uno inmigrante y el otro hijo de inmigrantes, el primer Supermán fue un hombre malvado y calvo, más bien parecido a Mussolini, o al posterior Lex Luthor, y apareció en un fanzine mimeografiado que llamaban Science Fiction.

En esta versión del fanzine Science Fiction aparece un texto ilustrado que Jerry Siegel firmó con el seudónimo de Herbert S. Fine. c.1933.

Y cosas extrañas de la vida... ¿habrá sido el agudo sentido del comercio de Shuster y Siegel?, ¿organizarían alguna encuesta cuyo resultado los hizo pasar a Supermán al bando técnico?... quién sabe: el chiste es que en algún momento algo pasó, pues de ser originalmente malvado, Supermán pasó a ser el paradigma del paladín norteamericano.


Independientemente de la pifia que resultó todo el asunto, al final no solo no murió el paladín sino que se multiplicó por 5 para aprovechar la vendimia, lo que llama la atención es precisamente que por morbo, o por lo que sea, la gente quería ver morir a Supermán.
En 1986 el escándalo Iran-Contras ya había puesto en duda la pertinencia ética del supersoldado global.
El ciudadano norteamericano ya no podía sentirse tan orgulloso de su Gilgamesh venido de Kripton. Curiosamente en la industria del comic, como en la escena geopolítica, e incluso también en la ficción: los ciudadanos deseaban deshacerse ya del vergonzante supersoldado, mientras los corporativos buscaban no sólo mantenerlo vivo, sino hasta multiplicado. Y así fue.
IV. Ahora sí, volvemos a Superman Returns.
La cinta es directamente una continuación de Superman (Richard Donner, 1978). Y empieza con novedades interesantes: Después de que Supermán se ausenta 5 años sin decir agua vá, Luisa Lane ya está casada, tiene un hijo y recibirá un Premio Pulitzer por su artículo, intitulado con la desafiante tesis:
Why the World does not need Superman
Acá el artículo, si lo quieren leer.
Luisa reprocha al Supersoldado el haber traicionado a la familia norteamericana y en general al American Dream y al American Way of Life. No es un reproche menor viniendo de una gringuita premio pulitzer.
Luisa reprocha al Supersoldado el haber traicionado a la familia norteamericana y en general al American Dream y al American Way of Life. No es un reproche menor viniendo de una gringuita premio pulitzer.
¿Despecho de Luisa Lane al verse abandonada inexplicablemente por el amor de su vida?... puede ser. Pero más allá de la circunstancia del personaje, la explicación es escabrosa si la escalamos de lo simbólico a lo que Supermán simboliza...
Por qué el mundo no necesita
a los Estados Unidos
Okey okey, no seamos tan drásticos, dejémoslo en
Por qué el mundo no necesita al Supersoldado gringo
a los Estados Unidos

Por qué el mundo no necesita al Supersoldado gringo
Desde este momento, Superman Returns sería la comprobación o la refutación de la tesis de Lois Lane, y al final acaba la misma Lois Lane retractándose sin comprobar ni defender su tesis, movida únicamente por el amor: pues en verdad no existe una razón lógica para seguir amando a un ilegal alien adoptado todopoderoso vestido de cirquero que combate pelones con planes de conquista de teatro guiñol, pero que no puede en cambio hacer lo que para un semidios debería ser un juego de niños: combatir la injusticia social en el mundo, por ejemplo. Curiosamente, superpoderoso y todo, Supermán es el menos globalizado de la pléyade superheroica. Mucho Krypton, mucho Krypton pero nunca dejó de pensar como granjero de Kansas.



Al final de Superman Returns, Lois Lane escribe la línea para la cabeza de un nuevo artículo: Why de world needs Superman. O sea que dijo mi mamá que siempre sí... reflexión a la que Lois Lane llega con una muy buena ayuda del director Brian Synger y sus coguionistas Michael Dougherty y Dan Harris. Si bien el mismo Synger se cansó de decir a los medios que los ejecutivos de Warner Bros. nunca intervinieron en modificaciones al guión, después de ver su trabajo de adaptación de los superhéroes en X-Men y X-Men 2, no puedo hacer otra cosa que dudarlo. Creo que los ejecutivos intervinieron y acabaron volviendo un bodrio lo que era una propuesta interesante: una exigencia razonable al hombre de acero:
Jusificar su presencia entre los simples mortales.
Y la trinca Synger-Dougherty-Harris le echan una manita para que el hombre de acero, olímpica y superanamente, se salga por la tangente.

Dios como Supersoldado
La imagen de arribita tomada de The Dark Knight Returns, de Frank Miller; DC Comics, 1996.
La escena corresponde a partes en donde Supermán trabaja al lado del ejército gringo "pacificando" al mundo.
La escena corresponde a partes en donde Supermán trabaja al lado del ejército gringo "pacificando" al mundo.
IV. Para quedar bien parado en esta vida no hará falta que nos esforcemos. Con que le caigamos bien al Gran Guionista ya chingamos... iba a hablar de cine y me puse a hablar de superhéroes. Ahora voy al very point, al mismísimo meollo de este post, que en realidad es la parte vanal (ya dije que a-sic lo voy a escribir): el Supermán que hubiera gustado ver: el Supermán que pudo haber sido y no fue.
El Supermán que me hubiera gustado ver es uno enfrentado a la debilidad inherente a los mortales comunes y corrientes. El Dios rebajado a condición de simple criatura... y curiosamente Superman Returns tiene todos los elementos para ello, y también curiosamente, la coherencia de esa línea argumental se encuentra retorcida para traicionarse a sí misma. Veamos.
1. Para ser honestos, la cinta no es tan mala, va bien en todo momento hasta que llega el momento de deshacer los nudos dramáticos, es la manera como se resuelven la que le da al traste a todo el discurso, es lo que hace mala la cinta. Desde el inicio se plantea que ya llegó el que andaba ausente, encuentra que el que se fue a La Villa perdió su silla, intenta no sin cuestionaimentos personales, tratar de reconquistar a la amada y a'i la va llevando hasta que llega la hora de rescatar a Lois & son. Creo que la cinta iba encaminada a crear en Supermán la gran duda: ¿Y yo qué chingados hago aquí?.
Cuando Richard, el gris pero chambeador marido va a salvar a Lois al barco que se hunde, ella pregunta:
-¿Cómo llegaste?
-Volando-, responde él.
Era lógico que la secuencia iba encaminada a remarcar que se pueden hacer actos heroicos y no hace falta venir de Krypton. Pero no, aparece Supermán de la nada para dejar al hombre común americano convertido en un pelele. Si revisamos estas partes podemos deducir que una línea más interesante era que Supermán decide salvar la ciudad en lugar de a Lois Lane: el marido salva a Lois. Ya salvada la dama, para despecho de Supermán, éste se va sobre Luthor y Luthor se lo chinga. Después Lois Lane & family, los que se suponen deberían ser los rescatados, son los que rescatan al superhombre moribundo.
¿No era como más lógico?
Me da la impresión de que alguien no quiso manchar a Supermán. Alguien por ahí se negó a declarar, aunque sea simbólicamente, la falibilidad de un sistema que sólo puede ser rescatado por su unidad nuclear: la familia (familia tradicional, la cinta sigue siendo conservadora después de todo). Tiene todos los elementos para aventurar tal tesis, y sin embargo las soluciones no embonan, las salidas a los dilemas son tan falsas como creer que con usar lentes y corbata ya nadie te reconocerá.
2. De haberse visto rebasado por el marido estable en su papel de salvador, Supermán hubiera sufrido una exhibición de petardez tal que debería haberle generado cierta vergüenza frente a ese hombre gris y apocado que además se rompe el lomo diario para mantener y llevar a su hijo a la escuela... hijo que luego resulta ser hijo del superhombre de Krypton... ¿los genes de un kriptonita empatan con los genes humanos?... ¿somos de la misma especie, entonces?... vaya usted a saber: como sea queda clara otra cosa: el superirresponsable hombre de acero coge sin condón. El chiste es que Supermán es padre... y no hay un ápice de vergüenza. La maestría de los guionistas nunca lleva a Supermán a preguntarse si no es mejor persona Richard White, ese hombre gris, aburrido, hijo de papi, o sobrino de tío, casi eunuco de tan civilizado y que se levanta todos los putos días a ganarse el pan para mantener a su mujer y su hijo, que él, que anda tan libre salvando al mundo de los malos o ausentandose del planeta cada que le venga en gana.
Brian Synger dijo una y otra vez que no sufrió censura ni permitió que DC Comics intervineran en el guión de la historia. Lo dudo. El tono intimista y carente de aventuras de la cinta empata mejor con una historia orientada a que el protagonista termine haciendose preguntas con respecto al sentido que tiene ser un supersoldado, a lo doloroso que en verdad pueda ser la disyuntiva entre ser un superhombre o un hombre común y corriente. Uno de los tópicos recurrentes en Synger es la oposición entre el hombre serio, el buen ciudadano y el aventurero empedernido. Por cierto que a Synger le gustó el James Marsden para hecerla de cornudo en X-Men y en ésta.

Creo que Superman Returns iba encaminada a cuestionar la existencia del supersoldado en la tierra. Después de todo, también en la vida real, esos nerdazos, esos clase media gringa, infantilizados y ñoños pero chambeadores, que ganan en dólares para hacerse sus disfraces, pero que sobre todo consumen, consumen y consumen... son ellos, con su vida gris los que a través del consumo y el pago de impuestos permiten que la maquinaria de guerra y ese aparato de propaganda del American Way of Life que es Hollywood hagan que las aventuras del Dios-Supersoldado sean realidad y se esparzan por el mundo castigando y sermoneando a cuanto maloso se interponga entre ellos y los pozos petroleros.

Al final quién es más importante en una sociedad: ¿El crack de futbol que anota el gol y recibe la gloria en el estadio o los cientos de obreros que fabricaron el estadio, el balón, la ropa, las cámaras y encima abarrotaron el estadio para aplaudir a rabiar?
¿No es injusto que pese más la fascinante pero parasitaria vida de un supersoldado que ya no resuelve nada, que la monótona pero más productiva vida de los working-class?
¿Será más importante salvar a los banqueros y las fabricas de armamento que a las clases media y trabajadora?
Una pregunta digna de Clark Kent, y que Brian Synger no se atrevió a formular.
Hay alguien que no se atreve a decirle a Dios que es a él a quien ya no necesitamos.

¡Ni Dios lo mande!
¿Qué sería del siguiente capítulo?

.
Una pregunta digna de Clark Kent, y que Brian Synger no se atrevió a formular.
Hay alguien que no se atreve a decirle a Dios que es a él a quien ya no necesitamos.

¡Ni Dios lo mande!
¿Qué sería del siguiente capítulo?

.
'ora sí, ya acabé.
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