1.
En busca de Herr Doktor Víctor Von Frankenstein
En busca de Herr Doktor Víctor Von Frankenstein
Muchos tienen la idea de que Frankenstein es el monstruo que Boris Karloff personificaba, pero no. El monstruo que personificaba Boris Karloff era eso: El Monstruo del Doctor Víctor Von Frankenstein.
El Monstruo de Frankenstein pa'los cuates.
Hace mucho que leí la novela de Mary Shelley, que se llama Frankenstein o El Moderno Prometeo, y hasta el momento no recuerdo que en la novela el engendro gozara siquiera del elemental derecho cristiano a ser bautizado. La trágica vida de la criatura bien valdría un tango.

Su verdadero nombre era William Henry Pratt.
Tanto en la novela como en la pantalla, el Doctor Víctor Frankenstein se horroriza ante su propia creación y la repudia. El monstruo es rechazado no solo por su creador, que viene a ser como su padre y su dios, sino que también es rechazado por la sociedad a la que en teoría, se le trajo para convivir con ella. Y como en el poema de Los Motivos del Lobo, el sujeto de tanto rechazo decide responder con ira aterrorizando al que se supone sería su mentor. Sí, el monstruo de Frankenstein es un... te-rro-ris-ta... La novela de Shelley empieza en el final del relato, en un escenario bello y terrible: el Doctor Víctor Frankenstein persigue al monstruo a través del Ártico para matarlo. Físicamente el monstruo es más resistente al frío que su creador; sin embargo su creador, completamente enloquecido, sólo atiende a una obsesión: matar al monstruo.
Como todo clásico, la obra de Mary Shelley se ha interpretado desde todos los puntos de vista, e igual que Peter Pan, ya tiene su síndrome. El Síndrome de Frankenstein. Como todo término popularizado por los Best Sellers su definición es vaga y se pierde en dos vertientes: la que alude al monstruo y la que alude al Doctor Víctor.
El Síndrome de Frankenstein que alude al monstruo se le achaca sobre todo a los adolescentes y que atiende al temor infundado de ser rechazados por su aspecto físico.
Pero la más difundida es la que alude al Doctor Víctor Frnakenstein,
y que se centra en
el horror ante el resultado indeseado
en lo que uno mismo crea.
y que se centra en
el horror ante el resultado indeseado
en lo que uno mismo crea.
2.
It's Alive!
It's Alive!
La historia de los Estados Unidos durante la segunda mitad del siglo XX, y un poco comenzando éste, parece estar marcada por éste síndrome.
Todas las broncas en las que los mismos gringos se hallan inmersos parecen haber tenido orígen en los laboratorios de sus propios departamentos de inteligencia.
a. Inmigración. Si bien los USA son un país de inmigrantes, el monstruo del que actualmente se quejan se empezó a gestar a partir de la Segunda Guerra Mundial, cuando los mismos Estados Unidos pidieron a México brazos para las faenas obreras: braceros para trabajar en los campos y en la construcción de ferrocarriles mientras Johnny tomaba el fusil. En un acuerdo firmado por Roosevelt y Ávila Camacho se sentó el precedente de que al irse a trabajar a los Estados Unidos mejoraba bastante la vida. El sistemático desmadre que nos lleva a los mexicanos a administrar nuestras propias cosas para darles en la madre, ha provocado que millones de mexicanos se vayan de manera ilegal a buscar ese American Dream que tuvo su orígen en el imaginario del paisanaje allá en la Segunda Guerra Mundial. Lo que al principio fue un acuerdo que benefició a ambos países ahora es un atolladero para ambos países. Atolladero que se ha convertido en un...
¡Monstruo de Frankensteeeeein!

antes de incorporarlos al campo de trabajo.
Al parecer, aún padeciendo discriminación y pagados con el salario mínimo gringo, las condiciones de trabajo estaban muy por encima de lo que se estilaba por estos campos, tanto así que hasta el Gobierno mexicano ya les estaba haciendo perdedizas sus Afores.
Aunque creo que ya se arregló la tranza.
b. Narcotráfico. El narcotráfico va de la mano de la modernidad, de la historia de los mercados modernos. Meterse yerbas para hablar con los dioses no es nuevo y el ser humano lo ha hecho desde siempre. Lo que sí es nuevo, tiene apenas unos 500 años de nacida, es la dinámica comercial basada en lo que se considera "legal", y lo que no. Parece incluso que el pirmer tratado de libre comercio lo impuso Inglaterra con Indochina para comerciar precisamente el opio. Se lo oí a un comentarista en Radio UNAM, necesito confirmar ese dato. Pero a partir de entonces, parte del control comercial que ejercen las metrópolis sobre las periferias, es sancionando, prohibiendo o alentando la comercialización de los productos que provienen de las colonias. Recordemos que la Revolución Gringa para lograr su Independencia, detonó a partir de que Inglaterra sube los impuestos a un estímulante: la famosa Guerra del Té. Valga comentar esto sólo para poner contexto. El narcotráfico en el siglo XX tiene historias chistosas, como que la introducción de la adormidera y la producción de opio en el Estado de Chihuahua viene de la IIWW. Cuando a petiión específica del gobierno gringo México se puso a producir goma de opio para la extracción de morfina para mandarla al frente de guerra.

c. Crisis energética. .
d. Crisis financiera. .
y a ver si no me falla la argumentación: falta la e. Crisis militar. .
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