
Frente a la crisis institucional, la fe como vaso comunicante.
En el México barroco, pretendíamos ser avanzados renacentistas donde solo tenemos una estructura social medieval. Igual que en las apoteósis barrocas, pretendemos que existe el cielo, donde solo existe una pared seca. Toda nuestra energía y recursos se orientan a simular. Simulamos un Estado moderno, donde solo tenemos una pinche sociedad de castas.
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